lunes, 19 de julio de 2010

David

Anoche soñé contigo
te vi tranquilo,
con una paz espiritual envidiable,
con una energía calma,
con una fe abismante.

Por la mañana, cuando desperté
me sentí feliz, porque
ante la adversidad,
sé que Dios te mantiene en pie
y que estás tan cerca de Él,
como siempre quisiste estar.

Anoche, sin saber siquiera de tí,
apareciste en mis sueños avisándome,
que debo yo calmarme,
porque tú estás bien,
tanto mejor que todos nosotros juntos.

Seguirás siendo el modelo
porque con el ejemplo nos enseñaste.
David, en tus jóvenes,
tus enseñanzas plasmaste.

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