sábado, 27 de julio de 2013

Sabes cómo quema el que no estés?
imagino todo lo que, arqueada, contuve y duele.
Lo difícil es ver llegar la noche y no escucharte,
no sentirte; inventarme nuevos mundos para no pensarte.
Abrasadoramente duele; innumerables veces duele.
permutaría lo que fuese necesario para canjear
los puntos extras que tenías, en este momento,
por una llamada (y aunque fuese, un suspiro).
Pero no sé nunca bien si te amo o te necesito,
y no sé si en algún momento, en otro sitio
estaríamos dispuestos corazón a corazón sin vicios enfermizos.
No sé bien soltarte.
No sé bien armar el rompecabezas sin tí.
No sé esconder las cruces y los desvelos.
Porque estás como fuego, en mi plagando todo.
Y yo vulnerable. Y tú tan etéreo.

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