sábado, 8 de septiembre de 2007

De Poemas y Melodías

Soy un Poema y siempre mis ojos
se fijan en un compilado de notas
religiosamente prohibidas y lejanas.

Me enamoro de sus sonidos
y sus aromas matizadas
con ternura de miel calentada.

Las rosas siempre se marchitan
y terminan siendo la ahorca
que me hace llorar noches enteras.

Y los besos desparramados
sobre el colchón, el mantel y la bañera
terminan fugándose como humo por la ventana.

Se van viajando para que otros las oigan
se esparcen por los oídos de todos
y ya no quieren que les dé letras.

Son esporádicos como polvo de mariposa,
y así de persistente: como canto de grillo.

Dejan de zumbar en las orejas
sólo cuando otra contagiosa canción
se adhiere al vientre y deja de sangrar.

La otra noche me plasmé a un Re de Piano,
pero cuando se vio la cola se amó demasiado,
tanto asi que fue a adorarse y oirse toda la vida.

Y me dejó desolada, tarareando las notas
que yo y nadie más conocía,
que me enseñó cuando nadie lo quería.

Otro día llorando su tortura, me encontré
con el recuerdo de un violín hecho pedazos
que mentía para ser escuchado

y terminó inventando incluso su propia vida.
entre tanta mentira olvidó su nombre
mas, también la razón de su melodía.

Después de tanta mala suerte
unos ojitos que al titilar hacían musiquita
se me acercaron y en tonos bajos y orgullosos

me hicieron temblar de emoción.
Como todos acabó lléndose por la ventana,
encontró más público en un lado superior.

La última adquisición tengo que llevármela lejos
porque es como una estrella luminosa
no da chocolates ni rosas

pero ama con el corazón,
y quiero guardarlo en un cofre
para que me cante cada mañana

después de hacer el amor
un sol luminoso de guitarra
mezcla de madera y de marfil.

No hay comentarios: