martes, 7 de agosto de 2007

Perdida Esperanza

Entré al cuarto de los recuerdos y sembré su ropa, su perfume incluso sus uñas, esperando cosechar muchos iguales a él.

Espere la vida entera, y de la regadera de sus pertenencias, ahora comprendo que si pudieran haber miles como ese, no me hubiera fijado en su forma diferente, porque muchos de allí nacieron, pero ninguno con la esencia intacta de su persona cautivadora.

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